Otra muestra de adictos al
caos, son los individuos que encuentran en la enfermedad, los pensamientos trágicos
o la fantasía una situación para vivir excitados. Son personas que pueden
presentar incluso todas estas conductas juntas, algunos llegan a extremos como
accidentarse con constancia, inventar historias sobre los demás, incluso ser un
sufridor gratuito, es decir aquellas personas que cargan con los problemas de
los demás como si fueran propios, cuando no tienen uno; esto último se parece
a una historia que contaban los abuelos sobre que: en sus tiempos contrataban a
mujeres para que fueran a llorar un muerto que no conocían, esto era asociado
como una muestra de un buen entierro.
Esto es una muestra del premio que la sociedad daba y continúa dando al
sufrimiento, creando actitudes de victimismo en ciertas personas. Existe una
película que es la que me ha inspirado para escribir este artículo, en la que
se muestra un comportamiento típico de este tipo de personas, la cual se titula
“Al límite de la verdad”.
La adicción al caos es una
deformación conductual que conduce por lo general a la desgracia. Para
superarla es necesario que la persona la reconozca y la enfrente, en primera
medida bastará con que ordene su vida, es tan simple como que en el baño no
puede haber una cama, ni en la cocina el sanitario, es sentido común, por
ejemplo para aquellos que le faltan horas del día, necesitan llevar y cumplir
una agenda, son seres que cuando empieza el día no saben qué hacer; para los
que se endeudan, pues organizar la economía, haciendo las cuentas con lápiz y
papel, para los demás en casos extremos seguramente se requerirá de ayuda
profesional.
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