“Nuestro cuerpo grita lo que
la mente se calla”, esta es una frase de autoría propia que expresa la
profundidad del tema que quiero compartir en este escrito. El cual está
enfocado concretamente a una parte esencial para nuestro cuerpo, como es: el
pie.
La mente inconsciente en su
afán de garantizarnos la supervivencia, soluciona los conflictos que nosotros
no hemos conseguido resolver a través de lo que llamamos, enfermedad. El
científico David R. Hawkins[1] lo
expresa así: “Como la mayoría de personas suprimen y rehúyen sus emociones
durante toda su vida, la energía reprimida se acumula y busca expresarse a
través de la aflicción psicosomática, los trastornos corporales, las
enfermedades emocionales y la conducta desordenada en las relaciones
interpersonales. Las emociones acumuladas bloquean el crecimiento espiritual y
la conciencia, así como el éxito en muchas áreas de la vida”. También el Dr.
Ryke Geerd Hamer[2]
en sus descubrimientos plasmados en la teoría de La Nueva Medicina Germánica, define
la enfermedad como Programa Especial de la Naturaleza con Sentido Biológico
(SBS), que se origina a partir de un shock biológico que amenaza la supervivencia
o interpretado de forma arcaica como una posible amenaza a la supervivencia.
De modo que aquello que
denominamos comúnmente como enfermedad, es un conjunto de síntomas que reflejan
la solución a un conflicto biológico, causado por un impacto emocional que se
produce cuando existe una amenaza a la supervivencia. Cada problema de un
componente de nuestro cuerpo está reflejando de manera específica, cómo el
inconsciente resuelve el impacto y el significado del conflicto.
Para entrar en materia es
indispensable conocer la utilidad del pie y algunas de sus características,
veamos:
Los pies junto con el tobillo
forman una estructura de veintiséis huesos, treinta y tres articulaciones y más
de cien músculos, ligamentos y tendones. En cuanto a sus componentes óseos, se
pueden distinguir las falanges (los huesos de los dedos), el metatarso y el
tarso. Los pies sirven para dar soporte al cuerpo, amortiguación, aparte, son
necesarios en la estabilización y en la marcha. Diversos trastornos en el pie,
pueden obstaculizar o incluso impedir que un sujeto se mantenga erguido o que
se desplace.
Mencionado lo precedente,
cuando presentamos, sea: una molestia, herida, dolor, accidente o cualquier
tipo de síntoma en uno o los dos pies, podemos hacernos la siguiente pregunta,
para empezar a tomar consciencia del conflicto que el inconsciente está reflejando
en el pie, ¿qué es lo que este trastorno me está impidiendo?
La respuesta a la anterior
pregunta es la que define la generalidad del conflicto que estamos viviendo. Ahora,
saber desde cuándo se están produciendo los síntomas, el tipo, la localización,
y el estado o situación que la persona estaba viviendo en el momento que se
iniciaron los mismos, son lo que van a determinar el tipo de conflicto que
ostentamos. Estar en posesión de un diagnóstico médico acertado es una
colaboración en bastantes casos e imprescindible para identificar con exactitud
el problema. Ya que, en vista de lo expuesto, el pie está compuesto por muchos
huesos, articulaciones, músculos, cartílagos y tendones, y cada parte nos está
expresando un asunto específico.
Desde el punto de vista biológico el pie en su
contexto global representa la conexión con la “madre tierra” y, por ende, los trastornos
en esta parte del cuerpo están relacionados con la madre o la función materna,
es decir con aquello que signifique la madre para una persona. La naturaleza de
la madre es proporcionar el alimento, cobijo y cuidado; por tanto, puede estar
representada con la madre biológica, la persona como madre o con un modelo que
haya realizado dicha función —en especial en la infancia-, como, por ejemplo:
una institución, un familiar e incluso el mismo padre. El pie también puede reflejar
conflictos relacionados con el avance de la vida, no ser capaz de seguir o
emprender cierto camino, de saltar, de ponernos de pie, etc. Los pies dan estabilidad
en los desplazamientos hacía un propósito, una dirección. La forma de los pies
y de caminar informan de diversas tendencias y las resistencias en la vida. Un síntoma
vinculado con los pies refleja un conflicto entre la dirección y el gesto que se
realiza; evidenciando una necesidad de mayor seguridad y estabilidad en el
camino que lleva o va a emprender.
Cada parte del pie se asocia con
el conflicto a solucionar desde el aspecto emocional y nos da unos indicios más
concretos del asunto, por ejemplo: el primer dedo (gordo) representa obligación
con la madre; el segundo se relaciona con los hermanos, pareja, compañeros de
trabajo; el tercero con la comunicación; el cuarto con la injusticia y el
quinto, con el territorio. Como los pies en el contexto general expresan
dificultades con la madre, cada parte especificará la clase de conflicto e
indicará con más detalle la situación de estrés vivida que ha generado un
impacto en la persona. Cuando duelen los pies evidencia una necesidad de frenar
el paso o aligerarlo respecto a la situación que se vive, o de perdonar en el
sentido del contexto “madre”. Un pie plano tiende a indicar rigidez con la
vida, las situaciones o las acciones que se realizan; en vista de que no existe
espacio entre el pie y la tierra. Los pies inclinados hacia afuera pueden
evidenciar una confusión frente a la dirección tomada e inclinados hacia
adentro un cierre o una resistencia frente a las direcciones futuras. Las
callosidades representan temor a caminar hacia lo desconocido, de acuerdo a la
posición de las mismas y el pie de atleta problemas de aceptación o separación
según el lugar donde se produzca el picor.
Los conflictos emocionales en
los pies expresan la necesidad de aceptar, de liberarse o de sanar el
resentimiento hacia el arquetipo “madre”. Asimismo, de adquirir confianza y
seguridad tanto para caminar por la vida, como para tomar decisiones que
conduzcan a las metas futuras.
La curación o sanación de los
síntomas que se manifiestan no solo en los pies, sino en el resto de nuestro
cuerpo, es siempre integral. En otras palabras, la curación se produce en la
sinergia de varias disciplinas y por supuesto, en la toma de consciencia del
conflicto por parte de la persona afectada, en la cual está la clave para la
sanación. Sin embargo, el aspecto emocional al estar presente en cualquier tipo
de síntoma físico, mental, de comportamiento, necesita ser tratado para que se
produzca una verdadera curación y los síntomas no se repitan o se reproduzcan
en otra parte del cuerpo, puesto que el conflicto biológico no ha sido
resuelto. La salud física o psicológica se pueden recuperar, pero si se viven
situaciones similares a las que provocaron los anteriores síntomas, el
inconsciente las interpretará de idéntica manera y retornaran los síntomas,
esto es lo que se denomina una recidiva.
Ante todo, la persona que
ostenta un problema físico en su pie, requiere tomar consciencia del conflicto
que presenta, descubrir la emoción oculta que lo creó, hacer un cambio de
percepción basado en la responsabilidad personal y relacionar dicho conflicto
con las posibles implicaciones que existan del mismo, en su herencia emocional.
De esta forma y en colaboración con otras áreas de la salud, la persona
encontrara la sanación física, emocional mental y si es del caso, espiritual.
¡Te invito a compartir tus experiencias
sobre el tema!
Escritora
y Especialista en BNE
Universidad de TorreónEnric Corbera Institute
Facebook:
Luz-en-tu-camino-interior
Twitter:
luzentucamino26
[1]
David R. Hawkins, El MECANISMO DE “DEJAR IR”. Capítulo 2. Editorial El grano de
Mostaza. 2012.
[2]
El Dr. Hamer descubrió CINCO LEYES BIOLÓGICAS que explican la causa, el
desarrollo y la curación natural de las "enfermedades" con base en principios
biológicos universales.
Hola.
ResponderEliminarHace 12 años fui operada de Hallux-Valgus. Tres años más tarde, de dedos de garra. Quedé muy bien pero ahora los dedos han empezado a deformarse nuevamente.
Hace un mes tropecé y caí, afortunadamente resultó sólo un esguince. Me atendió un Osteópata quien me habló del origen emocional de este problema.
Obviamente, deseo sanar tanto física como emocionalmente.
Me encantaría recibir sus comentarios,
Connie Lamasney
lamas_nice@hotmail.com
Hola, disculpe no haberle respondido antes. Le comento que sí:, toda enfermedad tiene un origen emocional. Fíjese si dentro de la lectura encontró algún conflicto que tenga relación con su caso; tomar consciencia es un comienzo para sanar. Claro que si prefiere, o tiene más inquietudes, puede escribirme a este email en mi web http://www.luz-entucaminointerior.com/contacto. Asimismo, si lo desea, puede reservar una consulta individual en este enlace http://www.luz-entucaminointerior.com/reservar-sesion. Donde la atenderé gustosa.
EliminarMuchas gracias por su comentario.