Velar por nuestros padres cuando están
mayores es ley de vida humana. Ellos nos han dado la existencia y por simple
gratitud -para dar por descontado el amor y afecto- es competencia de los hijos
procurar el bienestar en su vejez, en especial, en casos de discapacidad.
Dicho lo anterior, la reflexión que pretendo manifestar en el presente escrito es sobre aquellos hijos que desde muy pequeños son serviles a sus padres, y de adultos, se constituyen en su “bastón”. Un hijo “bastón” es una persona que deja de vivir su propia vida, se fusiona en la de su padre y/o madre.
Dicho lo anterior, la reflexión que pretendo manifestar en el presente escrito es sobre aquellos hijos que desde muy pequeños son serviles a sus padres, y de adultos, se constituyen en su “bastón”. Un hijo “bastón” es una persona que deja de vivir su propia vida, se fusiona en la de su padre y/o madre.