¿Sabes que esto obedece a un conflicto emocional? ¿Quieres resolverlo? La solución está en ti misma.
Veamos:
Tu familia no te ayuda en los quehaceres domésticos aunque trabajes fuera de casa. Cuando le pides apoyo siempre tienen una disculpa. Ante este panorama, terminas haciendo lo que a ellos les corresponde, pues si tú no lo haces, no hay nadie que lo haga.
Y aunque recibieras la colaboración de tu familia, ellos hacen las cosas con desdén y de cualquier manera. Por eso, ¡es mejor que lo hagas tú!, pues ninguno hace las cosas bien hechas.