jueves, 20 de junio de 2013

EL BOTÓN "ON" EN LA SEXUALIDAD FEMENINA

Existen algunos hombres que, ignorantes por completo sobre la sexualidad femenina (tal y como lo hablamos en el anterior artículo) creen que la mujer presenta un “botón ON” para despertar el interés sexual. En este grupo encontramos unos prototipos que las mujeres conocemos muy bien como aquellos catalogados como “pulpos” por su movimiento aleatorio y veloz con las manos y dedos; también encontramos a los “chimpancé” por la rapidez para realizar el coito (<5 segundos)  y muchos otros no tan rápidos pero poco creativos y perezosos como “los sosos”.  Son hombres que cuando acceden a una mujer llevan el cartel puesto de “solo quiero sexo”, son acosadores y poco pacientes. En los encuentros sexuales -por lo general- están buscando el botón “ON” de forma tan acusada que generan el efecto contrario, o sea el rechazo y la disminución de la libido femenina. Lastimosamente son hombres que no se han preocupado en lo más mínimo de informarse sobre lo que significa ser un buen amante para una mujer. 

Y aunque el estado erótico de la mujer depende de la fase en la que se encuentre (ver artículo sobre la ignorancia de la sexualidad femenina), queda claro que el botón “ON” no existe como tal, sino que más bien está presente en diversas zonas de su cuerpo y en otras de su mente que encienden su apetencia sexual, lo cual varía según el amante y el momento que vive. Además, en el propio acto sexual la curva de la libido es como el Himalaya, discurre entre picos altos y bajos. Una fémina puede bajarse de un punto alto hasta el pedestal en tan solo un instante: Un hombre demasiado brusco o apresurado o soso puede provocar este descenso de forma inmediata, lo cual es incomprensible para el hombre ya que este, una vez encumbrado, va hasta la cima de manera imparable. Para la mujer -y en el caso concreto de relaciones estables- el erotismo empieza desde el comienzo de su día, aunque muchas veces ella misma lo desconoce. Las actitudes masculinas son un estimulador o inhibidor para despertar el interés sexual de ella puesto que los detalles (no necesariamente son físicos) suelen despertar el ánimo erótico de las féminas en especial en su fase de inapetencia. 

Las diferenc
ias sexuales entre el hombre y la mujer las describe muy bien John Gray , cuando dice que "En el dormitorio el hombre es como sol y la mujer como la luna". El sol se mantiene ardiente, en cambio, la luna tiene diferentes ciclos y por tanto diversas formas de comportamiento en la cama. En la etapa de preludio amoroso, un hombre tiende a incentivarse a través de los ojos - es más visual- mientras que la mujer lo hace a través de sus oídos, es más auditiva.  Lo cual no significa que el hombre necesite cantar, ¡por supuesto que no! pero se trata de manifestarle los sentimientos hacia ella, con palabras que le suenen agradables. También a las féminas les estimulan los detalles cuando les reflejan efectos y deseos, pero cuidado porque ellas diferencian muy bien lo romántico de lo sexual y en esto se suele equivocar también el hombre, pues si ella desea cercanía romántica y la respuesta que recibe es sexual ( o viceversa), la indispondrá para cualquiera de los dos aspectos. Los detalles actúan como un estimulante cuando la sorprenden y son creativos; luego no hay nada que desestimule más a una mujer que la monotonía, el ejemplo lo encontramos en aquel hombre que siempre regala rosas rojas a su mujer en las fechas especiales:  sí el detalle es repetitivo, generará el efecto contrario.

Otro gran estímulo sexual para una mujer se encuentra en los gestos y por ello me refiero a aquellos como decirle: “siéntate que yo hoy hago la cena” o también: “quédate en la cama que yo atiendo al bebé” o por ejemplo: “déjame que yo lavo los platos”. Son gestos donde el hombre se muestra agradecido y considerado; pero cuidado, no debe actuar como su esclavo, porque ella necesita un hombre, ni tampoco como su verdugo, porque repito, ella necesita a un hombre.

Todo lo anterior resulta un poco complicado de comprender para algunos hombres, sin embargo, es más simple de lo que parece: Primero, aprender a identificar la etapa de la mujer. Segundo, desarrollar los gestos de creatividad y consideración y por último, durante el acto sexual, no buscar  el botón “ON” de forma ansiosa y dejar las prisas. Cuando un hombre conoce la sexualidad femenina se adentra en mundos no solo de placer sino a la belleza del amor a donde ella lo puede llevar…

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