viernes, 3 de abril de 2020

Cómo vivir la cuarentena con tu pareja sin morir en el intento


Y de repente te dicen que debes pasar 24 horas con tu pareja, entonces a lo mejor tu pensamiento inconsciente dice: «¿cómo? Si yo estaba cómodo con mi relación». Aunque, no siempre, sentirte cómodo signifique que estuviera bien ni fortalecida.

¿Te imaginas pasar todo el día mirándote en el espejo? Sería agotador y estresante viéndote cada defecto y arruga. De seguro, terminarías deseando patear el espejo o botándolo a la basura, como mínimo. Pues bien, fíjate que la pareja es tu espejo.

Tanto el confinamiento como la analogía del espejo son desencadenantes de los posibles conflictos o problemas que se susciten. Estamos frente a un desafío.

Convivir en pareja la cuarentena debido a la actual crisis del Coronavirus puede plantearte una oportunidad para conocerte o derivar en que quieras botar el espejo (la pareja) a la basura (separación o divorcio). Aunque lo que no espero, si lees este artículo, es que vayas a patearlo, ni tampoco «morir» en el intento.

No es coincidencia que la mayoría de los divorcios se presenten en los periodos vacacionales y de convivencia continuada. En la ciudad China de Xi’an, en las oficinas de divorcios se han visto desbordados en la actual situación debido al número de peticiones.

De modo que,  de acuerdo con mi experiencia profesional y conocimientos me voy a permitir darte algunas ideas desde el punto de vista físico, mental y emocional. Y digo, ideas, pues fíjate que esta  crisis es la primera vez que la estamos experimentando.


Física


1. En un artículo anterior publiqué la importancia de una rutina y eso mismo se aplica a la pareja, pero adicionalmente, debes incluir tiempo para compartir exclusivamente -sin hijos-; programando actividades conjuntas que les permita conectar e intimar (bailar, yoga, gimnasia física, cocinar un plato especial, juegos de azar, aprender un idioma juntos, etc.).

2. Destinar espacios íntimos o de retiro. Se trata de un rincón de reflexión para los momentos de dificultad o, simplemente, para estar solo/a. Un lugar donde desconectar y que debes respetar como el espacio intimo e individual de tu pareja. En especial los hombres necesitan un territorio o periodo de soledad, circunstancia que, a veces las mujeres no entendemos. Mujer, no te lo tomes como personal. Este espacio también tiene otra utilidad que verás más adelante.

3. Repartir adecuadamente las labores domésticas sin sobrecargas ni imposiciones. Traten de acordar conforme a los gustos o menos disgustos para cada uno. Si hay niños, también a ellos deben asignarles tareas, conforme su edad y capacidad.

4. El panorama que se avecina requiere que llegues a acuerdos con tu pareja, hasta en los mínimos detalles, por evidentes que te suenen.  Un largo plazo de convivencia puede arrojar inconvenientes donde no los había. Por ejemplo: establecer horas para el sexo (en especial si hay niños); reorganizar la economía familiar; crear espacios de ocio individual; e incluso, definir las horas de uso del baño; también, la regulación de las manías y los «hobbies» individuales, en particular si apenas van a empezar a convivir. Los acuerdos van a depender de cada persona y pareja.

Mental


1. Evita la saturación de información sobre el Coronavirus. Ya tienes la necesaria.

2. En línea con el punto anterior, a cambio, puedes leer información relativa a mejorar tu vida en pareja, crecer y fortalecer tu vínculo sentimental.

3. Comprensión de la situación. Es precisamente lo que necesitas ante la novedad presente: comprenderte. Es una circunstancia excepcional. Así que, se comprensivo/a contigo mismo/a y con tu pareja.

4. Procura mantenerte en comunicación con tu familia, amigos y personas cercanas con el propósito de interactuar, no sentirte aislado/a, expresar y escuchar a las personas que te interesan. Aunque debes prestar atención en no victimizarte ni crear pánico. El ánimo en estas comunicaciones no debe ser otro que aportar al bienestar de los demás y el tuyo propio. Asimismo, tener temas de conversación con tu pareja y ayudarte a analizar la situación en general y, en particular, para proyectar un porvenir juntos.

5. Enfrenta la convivencia con tu pareja como una escuela. Cada día, fíjate en qué aprendiste de tu pareja. Imagínate que discutieron por la manera de preparar la comida, ¿qué aprendiste de eso? Quizás: una nueva manera de cocinar, viste el juego emocional o de palabras que existe en tu relación o identificaste que necesitas estar controlando o dejándote controlar para sentir seguridad o, también, que no expresas lo que sientes, etc.


Emocional


En estás circunstancias es fundamental el soporte emocional y afectivo para gestionar las crisis venideras. Desde esta perspectiva, te voy a dar algunas sugerencias para superar estos momentos:

1. Expresa tu estado emocional. Las emociones no son ni buenas ni malas. Permítete estar triste, aburrido/a, decaído/a, nostálgico/a sin reprocharte. Una forma de canalizar las emociones que surgen de ti es, diariamente, realizar una acción para facilitar su expresión, por ejemplo: un deporte, escuchar música, hablar con alguien, escribir, pegarle a una almohada, ejercicios de relajación, etc. Es saludable encontrar una actividad que encauce las emociones que emergen a diario. Lo cual evita que se acumulen, y terminar en estados alterados que afecten de mala manera la relación.

Ahora, supongamos que surgió el conflicto y no pudiste eludirlo, veamos un proceso para que no te quedes atrapado/a:

2. Da término a la discusión. Cuando en una discusión se eleve el tono de voz y sin llegar a ningún sitio, y por el contrario, se estén causando daño, entonces, necesitas cortar la el rumbo de la discusión. Antes de que se tengan consecuencias para luego lamentar. Miremos los síntomas para que consigas detener a tiempo:

  • Si dejas de sentir tu respiración o se acelera demasiado.
  • Si sientes una molestia física, por ejemplo: dolor en el pecho, la cabeza, las extremidades se ponen rígidas, ardor en la boca del estómago, etc. Cuando percibes algo molesto en tu cuerpo es síntoma de que las emociones están tomando control de ti, así que lo que va a salir por tu boca, de ahí en adelante, será veneno para ti y tu pareja.
  • Si se presentan gritos, de parte de alguno o de parte de los dos, es momento de frenar. Del mismo modo, cuando de alguien salga lágrimas y expresiones de victimismo («siempre me pasa a mí», «por qué a mí», «tú siempre me haces esto», etc.). Aunque, ten en cuenta que, si llegas a esta fase, es que te has saltado los puntos anteriores. Pero de todas formas, todavía se pueden evitar males mayores.
  • Si suceden los síntomas anteriores, suspende la disputa o conversación.  Sin embargo, aquí debes considerar que, existen personas que maltratan con el silencio. En cualquier caso, lo más adecuado es cortar y buscar otra oportunidad para continuar.

No obstante, y pese a las recomendaciones, es posible que la discusión pase de castaño a oscuro -no te preocupes, hay remedio-. Entonces, de inmediato, requieres tomar distancia. Y aquí es donde cobra utilidad el rincón de reflexión e intimidad. Retírate obligadamente y empieza el proceso siguiente:

  • Contacta con tus sentimientos y pensamientos. Empieza con expresar lo que sientes, puedes escribir, llorar, hablarle a una muñeca o a un objeto que te represente algún sentimiento.
  • Busca los pensamientos desagradables y dolorosos. ¿Qué es lo que piensas acerca de lo sucedido y qué te duele? ¿Cuáles son los pensamientos acerca de tu pareja? Escribe, si es necesario.
  • Relaciona los hechos con algo que te haya sucedido en la infancia. Busca en tu memoria situaciones que te hayan generado los idénticos o similares  pensamientos y sentimientos. Ahora, expresa lo que sientes y que estaba oculto. 

Veamos un ejemplo de una de mis consultas para que pongas en práctica el proceso.

Una mujer me manifiesta que siempre discute con su esposo, debido a su actitud distante. Así el hombre estuviera en casa era como si no estuviera. Los sentimientos que surgieron en aquella mujer  fueron de impotencia y una gran tristeza. Los pensamientos dolorosos que expresó fueron: «no le importo», «no me atiende», «me deja sola». La tristeza de ella provenía de su niñez: sus padres tenían una relación tormentosa y ella debió afrontar muchas separaciones e idas y vueltas que le causaban mucho dolor, como consecuencia del cambio de residencia, colegio y amigos. De modo que, cada discusión con su pareja, la mujer las sentía de manera dolorosa, tormentosa y terminaba echando de su lado a la pareja; de la misma manera que su madre lo hacía con su padre.

3. Ponte en los zapatos de tu pareja. La palabra "pareja" viene de equilibrio y el equilibrio es producido en el antagonismo, en  la interacción de las diferencias entre los componentes. Tu pareja representa el lado opuesto, la compensación, asimismo, la negación de lo que verdaderamente sientes. Por eso, ponerte en los zapatos de tu pareja te ayuda a regularte, es decir: ver lo que no quieres ver; sentir aquello que te niegas a sentir o aceptar. Y a saber, entre más fuerte sea el conflicto, más es la negación, más el dolor o el radicalismo. Date cuenta de que el dolor que te refleja tu pareja proviene de una historia que aun no has sanado, evidencia heridas emocionales y circunstancias escondidas. Es tu espejo.

4.  Aprende a comunicarte. Luego de  poner en práctica los puntos anteriores, y de por lo menos,  haberte visto en el espejo de tu pareja,  estás listo/a para restablecer la comunicación con tu pareja. Aquí, también aporto unas ideas:

  • Busca el momento adecuado. Las mujeres en particular pecamos de inoportunas u obsesionarnos en que «tiene que ser ya». Por ejemplo, si tu esposo está viendo un partido o hablando con alguien, espera a que se desocupe y trata de manejar tu ansiedad con relajación o respiración.
  • Empieza la conversación con expresiones como: «me sentí...», «me disgustó...», en otras palabras, inicia el diálogo con YO y no con TÚ…. Así, tu pareja no se pone a la defensiva ni se siente juzgado/a.  Cuando comienzas la comunicación con tus sentimientos das lugar al diálogo. De ahí la relevancia de haber realizado el proceso en el rincón de reflexión (tomar consciencia).
  • No te quedes callado. Así como la mujer debe buscar el momento adecuado, los hombres necesitan hablar. Si permaneces callado puesto que te posee la rabia o para lastimar, más que nunca, requieres ir al rincón íntimo para poder restablecer la comunicación con tu pareja.
  • Procura recordar, cuando la conversación se acalore, qué es aquello que te está reflejando la pareja. Un modo de que entres en conciencia y, además,  te sitúes en el contexto del asunto.
  • Por último, ten presente ser comprensivo/a con tu situación. Lo cual va a permitir a ambos pasar de situaciones que carecen de importancia.

  

Conclusión


De seguro esta experiencia te ayudará a conocer a tu pareja de otro modo o, también, a terminar el ciclo o la relación, en caso necesario.  Por otro lado, si decides vivir el confinamiento con conciencia y «despierto/a», tu relación mejorará o aprenderás para una pareja venidera, o como mínimo, crecerás como ser humano.



¡Te invito a compartir tus experiencias sobre el tema!







Escritora, Especialista y
Certificada en Bioneuroemoción© BNE
Twitter: luzentucamino26

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