Cada
uno de nosotros somos un universo formado por otros universos y pertenecemos a
la vez a otro universo; parece difícil de comprender, pero tan solo necesitamos
observar la mínima partícula descubierta hasta el momento: “el sub-átomo”; bastaría
un mínimo de contemplación para darnos cuenta de que la expresión más pequeña
encontrada es de por si un universo y quién sabe que más se halle dentro de la
misma, pronto lo conoceremos, seguramente. De igual forma sucede si observamos hacia
arriba, cada vez se descubren más planetas y galaxias.
La
anterior verdad es la que me ayuda a sentir humildad en aquellos momentos en
donde se evidencia en mí la prepotencia, y me dejo llevar por los absolutismos
y las descalificaciones acerca de los pensamientos, creencias, actuaciones u
opiniones de los demás. Luego, repasando lo que significa esta realidad y lo
que cada uno de nosotros representa para el universo, reacciono, reconociendo
que el ser humano constituye una ínfima partícula, sin embargo, asimismo, es
vital para mantener el equilibrio del universo; ya que, dentro de sí, yace un
mundo completo que le otorga unas características únicas que son las que le definen
una función propia para que contribuya con la armonía del mundo. Reconocer esto,
me produce - ¿cómo no? - dicha sensación de humildad y respeto que me permiten escuchar,
entender y comprender la diversidad que existe entre cada ser presente en esta
vida.
Al
contrario de lo que nuestro ego quiere –siempre tener la razón y defenderse-, se
necesita la conjunción de los diferentes mundos y el antagonismo entre los
mismos para generar el equilibrio y la armonía, así lo manifiesta Heráclito en
su principio de los opuestos, llamado Enantiodromía[1]
-que luego ha sido aplicada para grandes estudios y tratados- donde él dice: “la
naturaleza tiende a lo opuesto, y de ello y no de lo idéntico es de donde
obtiene el acorde”.
De
acuerdo a lo anterior, es acertado decir que es en la diversidad donde cualquier
sistema como la vida misma puede fluir de forma natural y encontrar el equilibrio.
Lo cual es precisamente lo que proporciona la armonía y la paz en cada
estamento contenido en el universo. Si aplicáramos esta verdad en nuestra vida,
evitaríamos muchos conflictos e incluso guerras. Entonces ¿porque pretender que
exista la igualdad y que todos piensen y actúen como nosotros?
[1] Enantiodromia:
filosofía de Heráclito « También la naturaleza tiende a lo opuesto, y de ello y
no de lo idéntico es de donde obtiene el acorde. El juego de los opuestos en el
devenir, esto es, la noción de que todo lo que es pasa a su contrario
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