
Vivimos rodeados de cosas o
situaciones que no observamos, simplemente hacemos rutinas y nos olvidamos de
vivir la realidad que nos rodea tanto extrínseca como intrínsecamente.
La reflexión me condujo a
analizar que no estaba viviendo la realidad sino que vivía en el pasado, en el
futuro o fantaseando, un hábito que había aprendido desde niña. Muchos, de niños
aprendemos esto, ya que saber la realidad o mejor dicho la verdad, puede resultar insoportable e incluso llevar a una muerte
prematura; es un mecanismo de defensa emocional para evitar el dolor, pero cuando
somos adultos continuamos con el mismo hábito.
De lo que me di cuenta y que quizás
te pueda ayudar si te pasa igual que a mí, es que dicho habito emocional nos
conduce a evitar reconocer la verdad para protegernos del miedo a sentir dolor,
descubrir lo que somos y lo que nos rodea. No puedo negarte de que ver la
verdad fue doloroso, sí, y a veces es aterrador confrontarse con uno mismo; no
obstante, es la forma de conseguir cambiar esa realidad. Conocer el pasado,
vivir el hoy y aprender de esto, nos brinda la oportunidad de cambiar el mañana,
mientras que una fantasía o una mentira no pueden ser transformadas.
Te invito a compartir tus experiencias sobre el tema.
Visita nuestra web: http://www.luz-entucaminointerior.com/